lunes, 31 de diciembre de 2012

Este año aprendí....




Este año comprendí que uno puede ser lo que uno realmente quiere si se lo propone. Comprendí que soñar no cuesta nada, y que si persigues tus sueños, quizás los alcances.

Si quieres cantar... ¡canta!, si quieres gritar... ¡grita!, si quieres llorar... ¡llora! Si quieres ser Simba y protagonizar el musical de tu vida El Rey León... ¡inténtalo! No importa a cuántas personas no le parezcas lo suficientemente bueno en las cosas que haces.  Por que siempre lo he dicho "nadie es pepita de oro para gustarle a todo el mundo", lo que jamás debes permitir es que un "no puedes" o "no eres lo suficientemente bueno" te desaliente... por que quizás existan mil personas mejores que tú en distintas ramas... pero tu coraje, la persistencia y la fuerza que emplees para luchar por lo que quieres solo depende de ti, y quizás es justamente la carencia de esos valores lo que hace que esos "miles mejores" al final no logren nada... por que les faltó tu ímpetu, tu valor y tu perseverancia.

Por que a mí quién más me critica me ayuda, me impulsa a esforzarme para ser mejor. Y quizás no sea el mejor en muchas cosas, pero el acumulado de lo que soy es lo que cuenta... el haberme construido a lo largo de estos muchos años a base de tantos logros personales... probándole a mis padres también de lo que soy capaz... y teniéndolos orgullosos de cada triunfo mío, hasta aquellos que parecían imposibles.

Aprendí también que la amistad es frágil, pero cuando es pura y sincera vence al tiempo, atraviesa continentes, acorta distancias, supera problemas y obstáculos. Aprendí también que no siempre quien te sonríe es por que te estima, y que más cuidado hay que tener de quienes te adulan que de aquellos que abiertamente te demuestran cuánto le desagradas.

Aprendí que la familia lo es todo, que en las buenas y las malas siempre puedes contar con tus padres, si tienes la dicha de tenerlos vivos, y que no debes esperar días festivos para decirles cuánto los amas, por que quizás ellos o tú no tengan un mañana, pero tuviste tiempo para darles un abrazo y agradecerles lo que eres ahora.

Comprendí que el amor no se busca entre las nubes o mirando a las estrellas, que a veces está ahí al lado tuyo, solo tenías que bajar la mirada del cielo. Comprendí que el final de cuentos de hadas no es  una mentira. Es solo que aquellos cuentos resumen en un "y vivieron felices por siempre" todas las peleas, el conocerse día a día, el aprendizaje mutuo, la tolerancia, las diferencias, el compartir, las lágrimas y las sonrisas. Y comprendí que la perfección se encuentra precisamente en la imperfección, en admirar todos los valores y sobrellevar todos los defectos de la persona que amas.

Entendí que sonreír de vez en cuando a la gente puede mejorarles el día y no hace daño en absoluto.  También entendí que decir gracias o pedir por favor incluso a tu más cercanos se recibe siempre de buena manera.

Aprendí que la vida tiene subidas y bajadas como una montaña rusa, y que si en realidad todo fuera felicidad, risas y alegrías sería muy aburrido, de los tropiezos se aprende, y el levantarse hace más fuerte, y que gritar y llorar de vez en cuando te hace sentir vivo.

Este año aprendí, entendí y comprendí de cada experiencia, de cada caída, de cada meta cumplida, de cada persona conocida, de cada planta y de cada ser, de cada lágrima derramada, de cada risa descontrolada, de cada beso y de cada abrazo.

Este año crecí como persona, logré metas, sufrí caídas, me levanté de ellas, reí, lloré, compartí, canté, bailé, actué, grité, amé, abracé, pedí por favor y dije gracias.

Y probablemente el próxima año siga aprendiendo y agradeciendo por ello.

2012... ¡Gracias!!!