jueves, 22 de diciembre de 2016

Decisiones inesperadas


La vida es una constante toma de decisiones... A veces conscientes, a veces de forma muy automática.  Pero cada decisión que tomamos nos traerá aprendizajes distintos y nos llevará por rumbos diferentes. ¿Qué hubiera sucedido si elegíamos tal o cual decisión? A menudo nos planteamos otros resultados pero la verdad es que el "hubiera" no existe.

Quizás en mundos paralelos u otras dimensiones esté mi otro yo pagando o gozando de los resultados de haber tomado otras decisiones, pero en mi mundo actual existo solo yo, preso de esta realidad, y responsable de mis propios actos y elecciones.

A veces suceden cosas que influencian o nos condicionan a tomar nuevas o distintas decisiones, aquellas que rompen nuestra rutina o acaban con la monotonía. Y esas cosas que nos obligan de una manera pueden ser caídas o golpes de la vida que experimentamos con tristeza o dolor y quizás rabia y frustración. 

"Huir" de vez en cuando no es malo.  A veces creo es solo un mecanismo de defensa y curación del corazón y del alma. Una vía de escape para reflexionar y encontrarse consigo mismo. Una herramienta necesaria para dejar los problemas atrás y pensar cómo seguir haciéndole frente a la vida, que no es fácil para ti, ni para mi, ni para nadie.

Huí de alguien, de algo, de todo, de nada. Y emprendí un vuelo inesperado a otras tierras, otra cultura distinta y tan semejante a la vez, y encontré y me encontré un poco, quizás aprendí más de lo que pude imaginar, y reí, lloré, me enojé, tuve miedo, me dejé sorprender, canté, bailé, comí, besé, recé, cuestioné, me avergoncé, me enorgullecí, me sentí deseado, me sentí perdido, me sentí desubicado, tuve calor y tuve frío, probé, caminé, me conmoví, vi ternura, aprecié belleza, miré, observé, hablé, ¡sentí! Y el sentir me hizo saberme "vivo".

Porque una decisión inesperada y radical me dio la oportunidad de tener un aprendizaje, y disfruté este crecimiento con todos mis sentidos y emociones. Porque de eso se trata la vida: de seguir adelante. Porque huir unos días valió la pena, porque regreso con la fuerza que me caracteriza, porque nada ni nadie nos puede detener, porque no lo vale, porque debemos levantarnos ante los tropiezos, ya que el camino no fue, no es ni será nunca lizo. 

Y aquí heme regresando, a miles de pies de altura mirando a través de la ventana un hermoso atardecer que pinta el cíelo en un bello naranja que se va difuminando y perdiendo en el azul, y de repente ese lucero. Marte le llamo. Y heme aquí escribiendo mis reflexiones, aquellos que me hacen pensar, soñar y sentir con los ojos abiertos. 

Y cargo en mis bolsillos un poco de todo, pero sobre todo una necesaria melancolía. Y guardo en mi corazón grandes y lindos recuerdos. Aquellos que viví y disfruté intensamente... ¡Fiel a mi estilo!

Y me siento agradecido

lunes, 5 de diciembre de 2016

No es más que un intento frustrado



Su vida amorosa es una constante de intentos frustrados... cada intento años atrás fue una experiencia nueva para crecer, cada intento ahora le parece tan solo una pérdida de tiempo y energía... y por más que en algún momento cada intento fue bonito, era un desgaste emocional en el que como siempre se entregaba al todo por el amor, por ofrecerlo, por encontrarlo, por procurarlo, regarlo, cultivarlo y conservarlo... pero muchos esfuerzos parecían ser solo suyos.

Decidir cuándo tienes suficiente es difícil... y es que siempre anteponemos el corazón por encima de la razón... y es cuando actuamos con el primero que cometemos el error, que resistimos y permitimos incluso desconsideraciones, falta de atención, egoísmos y maltratos... es cuando usamos la razón que le permitimos al respeto y amor propio liberarte de la humillación.

Qué si le fue difícil la decisión... lo fue, pero definitivamente fue la más acertada para dejar de oprimirse y merecer algo que como esa noche le dijo "esté a su talla", ironía pensar que lo estaba por culpa del corazón que se ciega... pero la razón le abre paso a su ego y autoestima y ciertamente reconoce que merece algo mejor en todo el sentido de la palabra.

Porque su corazón se cansó, se cansó de reclamar atención, de mendigar su amor y su consideración, porque su cuerpo se agotó de ahogarse, de angustiarse y sentir que más que bien le hacía mal, porque nadie merece ser el juguete de nadie, la última opción o prioridad. Porque merece que reconozcan su grandeza y se enamoren al completo de su ser. Y cuando eso pasa... la persona busca tiempo de donde sea para compartir con uno, porque "si alguien quiere ser parte de tu vida lo será" y ya entendió de no perder el tiempo con alguien que no hace el esfuerzo por quedarse.

Y piensa hasta hace unas horas era su amor, y comprendió que las palabras no significan nada si los actos demuestran lo contrario... porque una decisión errada de la otra persona lo cambió todo y terminó por derramar la gota de su vaso. Y porque al decirle que se acabó ni siquiera luchó y por el contrario le dio la razón en que fue la mejor decisión... porque así de simple es para algunos engañar o fingir calma o un falso interés mientras otros se dan por completo y se crean tontas ilusiones.

"Y vendrá algo mejor", se repite... pero cómo recuperar las ganas de aceptar eso nuevo mejor cuando siente ya que perdió las fuerzas y las esperanzas... ¡Se desgastó!... ¡Se cansó!, ya no quiere seguir jugando el juego de los intentos frustrados... 

Y piensa "no encontrará nadie mejor que yo"... y quizás es evidente... pero sabe que siempre hay un roto para un descosido... por eso cree también que "quizás encuentre al roto pero no será definitivamente mejor que yo... y tendrá lo que realmente se merece"... y su corazón ha hablado con la herida abierta... "y espero realmente sea feliz"... y su mente ha hablado con algo de cordura.

Y remendará su alma nuevamente y las cicatrices le harán más fuerte... eso espera... eso espera... realmente espera.

"Vamos calma"- grita en alto- "llega rápido despues de este... ventarrón" porque no fue tan intenso tampoco y lo sabe, no fue una tormenta... tan sólo una mentira...




martes, 24 de mayo de 2016

Otra noche de luna llena porque c'est la vie



Heme aquí escribiendo una vez más, desahogando entre líneas carga emocional que llevo atrapada dentro.

Y es que en días monótonos y de luna llena escribo. Y es así que recuerdo mi última publicación hace 2 meses atrás: era luna llena, y dar rienda suelta a mi inspiración me costó quizás una relación. Hoy creo más bien que fue tan solo una tonta y cobarde excusa, e idiota yo por pensar que al borrarla evitarían las lágrimas que se derramaron desde esa noche por unos cuántos días.

Lo que llega rápido... rápido se va... y la fascinación y emoción llegaron y así también se fueron, y al irse... el llanto llegó, y en unos cuantos días también se fue, y luego se despidió el dolor, aquel que me hizo tropezar y caer,  y al caer retrocedí, pero para tomar impulso y levantarme... ¡y me levanté!... y al hacerlo lo hice con más fuerza y experiencia, cual ave fénix que renace de entre las cenizas más fuerte y más hermoso, con más brillo y con una nueva vida y nuevas alas para seguir volando.

Y heme aquí recordando, reviviendo aquel momento en que me dijo que no quería ser esa fuente de inspiración. Y heme aquí riendo, pensando en cómo peca la soberbia con tal desfachatez que le hizo creerse protagonista en esta novela que lleva por título mi nombre, sin darse cuenta que soy yo mismo, egocéntrico como nunca, mi propia fuente de inspiración, y que en esa novela solo participaba como personaje de relleno que únicamente sirvió para darle forma a mi historia (y para enseñarme).

Y heme aquí burlándome y disfrutando de cómo el karma me hace justicia y yo por años llevo jugando a que se llama "mi poder de maldición", lo que sea es válido en tanto signifique un poco de satisfacción en retribución, y no es que disfrute de las desgracias ajenas, aunque algunas persona se lo merezcan, pero lo que vi hoy no es en realidad una desgracia. 

Desgracias son los problemas, aquellos que nos quitan el sueño, aquellos que muchas veces callamos o aquellos con los que batallamos. Y eso me recuerda algo que leí por ahí: "sé amable siempre, cada persona con la que te cruzas está librando una batalla"... Y yo libro las mías, como atender a ese angelito al que en lugar de alas le dieron cola, ¿que si me duele la columna? Me duele, pero más me duele su lucha interna y su frustración y la mía de no poder comunicarnos como quisiéramos (sería más fácil). O lo que es peor, estar viviendo un drama con alguien que quieres mucho y cuyo estado de salud es crítico, la incertidumbre de no saber qué sucederá, creer en un ser supremo al que pocas veces entiendo pero el cual me hace sentir fe... y por qué no el drama de aquel ancianito con un número equivocado al que no pude ayudar del todo... y es que dramas tenemos todos, de diversos tipos e intensidades... 

Y la luna no ayuda, el stress invade, y mañana será otro día, cargado de risas, trabajo, preocupaciones, quizás llanto, coraje, fe, paciencia y buen y mal humor, discusiones con malcriados o desubicados, adrenalina vehícular, y estupidez política y nacional, habrá frustración y rica comida para desconectarte un segundo con el mundo, un chocolate por favor, porque así es el día a día, porque así transcurren los segundos, porque el mundo gira y no se detiene y yo tampoco me detendré, porque es la vida misma y en francés c'est la vie!!!


domingo, 24 de enero de 2016

Nunca es tarde para aprender!!!


Hay que aprender a hacerle caso a la propia intuición y a la razón... y no aferrarte a nada ni a nadie si sabes o sabias perfectamente desde un inicio que determinada situación no te traería la tranquilidad que tanto anhelabas... 

Hay que aprender a ser objetivos y no permitir que otros hagan de nuestro día a día un drama lleno de incomodidades y faltas de consideraciones...

Hay que aprender que por más que nuestro corazón desee luchar por salvar lo que quiere... hay momentos o situaciones en las que la lucha es de a dos... de lo contrario tu lucha será en vano... y a veces rendirse no siempre es la peor opción... 

No temamos hacer lo correcto, por más doloroso que a veces resulte... una buena decisión traerá consigo lo que realmente te mereces...

Quizás no todo fue malo... pero tampoco sano... pero una vez que te liberas sientes por fin esa calma.. aunque los primeros días te duela... 

Y no importa cuán rápido vengan cosas nuevas y buenas... si llegan no hay por qué evadirlas... pero  hay que tener prudencia y paciencia para poder abrirles paso...