domingo, 6 de noviembre de 2011

Cuando se grita en silencio (Entrada II)




¿Cómo se siente o cuáles son los posibles indicadores que nos avisan cuando uno está ya enamorado? Es una pregunta sumamente difícil que en ese momento no lo podemos responder, puesto que muchas veces no nos damos cuenta de que estamos ya involucrados, atrapados en esa atmósfera romántica que parece un sueño contra las opiniones de aquellos que lo consideran cursi o hasta patético, insoportable o agobiante. 

Pero se siente como si la persona que amas fuera tu complemento, cometes el error de endiosarla creyendo que es la máxima expresión de la belleza y de la perfección, ves alrededor y crees que el premio mayor o la lotería te la sacaste tú, nunca sentí mariposas en el estómago pero hay muchos otros que dicen sentirlo, te despiertas pensando en su sonrisa, desayunas soñando con sus gestos, haces tus labores matutinos flotando sobre nubes, almuerzas  deseando estar a su lado, pasas la tarde esperando el momento... después de verse la cara de felicidad te dura horas, si no es así vives mirando todo el tiempo tu teléfono, si suena te emocionas, si es cualquier otra persona te desilusionas, cenas por inercia sin saber lo que estas comiendo, y es que esperas tan solo ir a la cama para luego dormir y querer que sea ya mañana el día en que volverán a verse, decir te amo parece no ser suficiente, ponerse apodos graciosos y ridículos te parecen lo más tierno del mundo, si hablamos del sexo escribiríamos todo otro nuevo libro, si se pelean sientes algo en el pecho, una opresión que muchos llaman angustia, lloras como si fuera el fin del mundo, pierdes por completo el juicio y el orgullo, le pides perdón como si hubieses cometido el peor de los crímenes, tontamente cometes una y mil idioteces, te compra con una palabra dulce o con un beso, o eres tu quien dice la palabra dulce y le das el beso,  hace su berrinche y te compadeces, se engríe y te mata de ternura, o tú te engríes y la matas de locura, si la pelea continúa y se dejan de hablar estás que te mueres, te enojas y te la agarras con todo el mundo, puede que dejes de comer ya que nada te apetece, o puede que te atragantes con todo principalmente con postres, dulces o chocolates si eres un tanto obsesivo, los defectos que nunca soportaste son las virtudes que ahora valoras demasiado, todo el mundo te aconseja y no escuchas nada de lo que te dicen, y cuando ves que realmente las cosas no  van bien pues te ciegas, te cierras y te niegas, y ese dicho que dice “no hay peor ciego que el que no quiere ver” te suena ilógico, ves el futuro juntos y te proyectas, y no cabe en tu cabeza la sola idea de una separación, no disciernes entre lo que te conviene y en lo que no, ni siquiera te imaginas como sería tu vida si quien tanto amas de pronto... te deja.

De la novela Cuando se grita en silencio de Giancarlo Trigoso (Págs. 16 -17)

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