domingo, 2 de septiembre de 2012

Como una montaña rusa



La vida es como una montaña rusa, llena de subidas y bajadas lo único que hace es darle emoción al recorrido; es bueno romper con la monotonía, con el común de los días.

Como tantas veces lo he dicho,  los amigos y los amores vienen y se van,  y por qué mezclar la amistad con el amor pues porque ambas son relaciones personales que se entablan con  personas, con las cuales se llegan a construir o desarrollar sentimientos. Muchas veces se comparten cosas afines, muchas otras tantas no, pero al fin de al cabo,  se llegan a convertir en parte fundamental de tu vida.  Aquellas risas, aquellos llantos, aquellas discusiones o diferencias compartidas, factores que  llenan de alguna u otra manera nuestro existir. 

Ayer quizás perdí una amistad,  pero hoy gané un amor, y quien sabe mañana pierda un amor y gane una amistad, sobre el futuro no se tiene del todo el control, pero del pasado se obtiene el recuerdo y la experiencia. Y es así como uno a lo largo de los años se va volviendo más crítico, más desconfiado, más inseguro respecto al resto, y es así como cada golpe, cada herida que va cicatrizando va endureciendo tu corazón, va cubriendo de capas cada vez más impermeables para que nada ni nadie le vuelva a hacer sentir el daño que alguna vez lo tumbó al piso creando mares con solo llorar lágrimas. Solo que hay que ser lo suficientemente optimista y valiente para no cerrar del todo las puertas ni negarse a lo que a veces es inevitable: una nueva compañía.

A veces quisiera eliminar a tanta gente de mis recuerdos, y debería empezar primero haciendo una depuración de mis páginas sociales pero, por el contrario, prefiero no hacerlo,  porque aunque para muchas de esas personas quizás fui un nada en sus vidas o tan solo un conocido más, para mi fueron personajes con nombres y apellidos incluidos en algún capítulo del libro de mi vida.

Hoy añoro, hoy extraño, hoy solo miro con nostalgia fotos de alguna que otra amistad que en su época fue sincera, o al menos así lo creí entonces, y aunque sea triste, a la vez hay algo que me pone alegre, y es que  hoy también agradezco, agradezco la oportunidad que me da una vez más la vida en conocer y seguir conociendo gente tan maravillosa, aunque esperar mucho de cada una de esas personas es cometer el error de aquellos tiempos en los que era más confiado e inmaduro. El riesgo se acepta, uno tiene que seguir luchando y avanzando.

El pequeño espacio vacío que dejó una falsa amistad se llenó por seguro con más que una simple amistad, y en estos momentos el carrito de la montaña rusa va en subida, que me esperará una bajada, no lo dudo, le pondrá emoción a este viaje, sin embargo no pretendo salirme de este juego si es que al lado no está quien me vino acompañando.

1 comentario: